Saludos a todo el mundo.
Gracias en primer lugar, en nombre de los autores, a todo el mundo que nos ha acompañado en las presentaciones de la biografía de Barricada. Empezando por los cuatro artistas, que como siempre nos lo han puesto todo muy fácil y ha sido una gozada compartir esos raticos con ellos. Gracias a todas las personas que nos han dedicado un par de palabras bonitas por nuestro trabajo, a quienes se han comprado el libro y, por extensión, a todos y todas por compartir con nosotros esta pasión por el ruido de Barricada. Esperamos haber estado mínimamente a la altura, y es que sin duda este grupo se merece siempre lo mejor.
Tras saludos y agradecimientos, el otro día nos pidieron que metiéramos en el foro la traducción de las páginas del libro que están en euskera. Concretamente el despiece con un testimonio de Ibi. Así lo prometimos y aquí os dejo la traducción literal del texto de la página 286. Pensamos que siendo un grupo de Pamplona que siempre ha apoyado el euskera esta lengua tenía que estar presente de alguna manera, y como Ibi es el euskaldun del grupo fue el elegido… Pero ante las numerosas peticiones de traducción:
La bajera y los primeros conciertos
«Cuando yo entré en Barricada había un repertorio de 50 ó 60 canciones, de las que había que sacar entre 30 y 40 porque la prioridad era no dejar de tocar. Tenía que ser una trabajo metódico y eficaz. De esta manera, cada día yo me iba sacando temas nuevos que ellos me pasaron en compactos. La suerte fue que, tras pasar muchos años en verbenas, tienes la facilidad para memorizar rápidamente un montón de canciones».
«Desde el primer momento yo intenté hacer los temas míos, y, en este sentido, nunca me dijeron: “Fernando hacía así o asá”. Yo tenía claro que era un Barricada y que tenía que hacer lo temas míos, porque era la forma de entrar de lleno en el grupo, pero a la vez trabajando con ellos, intentando entre todos hacer arreglos nuevos».
«El problema de Barricada no era que fueran canciones muy difíciles, sino que había que memorizar más de 30 temas en dos meses, y mientras yo seguía haciendo bodas. Y es que tenía unos compromisos cerrados que tenía que cumplir y, de hecho, hubo conciertos con Barricada a los que fui después de tocar en una boda. Recuerdo concretamente un concierto en Bilbao, en 2004; yo llegué después de tocar una boda y me encontré frente a 10.000 personas; se me cayeron las cejas. Era la hostia, aquello parecía ciencia ficción, porque dos horas antes había estaba tocando “Jalisco”».
«De todas maneras, el primer concierto que hicimos juntos fue en el Black Rose de Burlada a finales de diciembre de 2003. Recuerdo que yo estaba cagao, aunque El Drogas, el día anterior, me decía que lo íbamos a hacer con la minga; y al final nos hicimos treinta y pico temas. Pero yo tenía una responsabilidad sobre mí terrible, sabía que los 50 pares de ojos que estaban en el Black me iba a estar mirando con lupa».
«Además, en el concierto del Black conocí por primera vez al Lobo, que me lo presentó Alfredo y me dijo que era el encargado de llevar el back line… Pero es que a mí el término back line, como lo de pipa, entonces me sonaba a chino [risas]. Así que yo tenía que preguntarlo todo. Otra muy fuerte de ese día fue cuando estoy montando la batería y me encuentro a Mikel Navascués detrás de mí mirándome. Y va y me dice: “No, es que me estoy fijando porque yo soy el que te va a montar la batería en los conciertos”. Y ahí ya flipé del todo, había un tío que me iba a montar la batería a mí [risas]. Estaba claro que me había metido en un meollo importante».
«En ese concierto hizo un calor de la hostia, y recuerdo que hicimos los temas a toda velocidad. En algunas canciones todavía no tenía todas las partes claras y tenía miedo, al ser un bar y no tener monitores, de no escuchar mis guías de voz o de guitarra, pero al final todo salió bien. Al acabar no recuerdo ningún comentario malo, sí les recuerdo a ellos diciéndome que de puta madre y las felicitaciones de la gente. La verdad es que tengo muy buen recuerdo de aquel concierto».
«Los tres primeros conciertos fueron claves. El primero en el Black, que es como su casa. El segundo fue en Pagoa, que es prácticamente mi casa. Y el tercero, que fue en la feria de muestras Bilbao ante 10.000 personas. Aquella actuación fue la guinda, con Alfredo chinchándome para que escuchara como gritaba la gente “¡Barricada, Barricada!” antes de salir a tocar…».
Salud
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